O, como diría mi sobrino D., "pispis". La granola empecé a prepararla hace mucho: en el blog dejé la primera, de chocolate, y la receta me gustó tanto que con un par de pequeñas variaciones se ha quedado como fija: a veces cambio el fruto seco, o añado coco rallado...
Pero sobre todo he aprendido pequeños trucos: para empezar, sobre el tipo de avena. En los supermercados hay dos tipos, los copos pequeños (que se venden a veces como "suaves") y los grandes. Yo prefería los grandes pero con el tiempo me he dado cuenta de que quedan mejor los pequeñitos.
Por otro lado, sobre el punto justo de horno y la textura: al principio la removía mucho y la dejaba demasiado tiempo, así que quedaba muy suelta y demasiado tostada; ahora la dejo menos tiempo en el horno y la remuevo sólo una o dos veces para que forme trozos medianos y quede menos seca.
El otro gran truco es, precisamente, la manzana: como añade bastante humedad y se carameliza un poco ayuda a formar esos trozos tan ricos que se acaban rebuscando en el bote. Para una cantidad generosa de granola se necesitan:
-4 tazas de copos de avena
-1 taza de frutos secos picados toscamente. Mejor crudos, si no poco tostados (yo usé avellanas y almendras)
-1 pellizco de sal
-1 cucharadita de canela
-3/4 taza de miel (yo usé una miel oscura, de brezo, que da mucho sabor)
-1/4 taza de azúcar moreno (yo usé panela rallada)
-1/4 taza de aceite de girasol, o 2 cucharadas de mantequilla
-1 manzana reineta
Por un lado se mezclan los ingredientes secos (avena, frutos secos, sal y canela) en una bandeja amplia de horno; por otro lado se calientan sin dejar hervir la miel con el azúcar y el aceite o mantequilla. Se apartan del fuego cuando están bien mezclados y se añade la manzana rallada (se hace justo entonces para no dejarla oxidar).
Se junta todo y se remueve bien procurando que se impregnen todos los copos por igual. Se hornea a fuego bajo (150º) unos 25 minutos, removiendo una o dos veces. Se saca cuando aún está algo húmedo pero ya empieza a dorarse ligeramente en los bordes de la bandeja (es importante que no se tueste).
Se saca del horno y se deja enfriar. Se guarda en un bote hermético y se come con leche, yogur, helado...
La primera vez que la preparé a M.A. le pareció una tontería yanqui; después le empezó a hacer gracia, y ahora la pide cuando no hay. Él fue el que quiso que la dejara en trozos más grandes y a fuerza de intentar hacerla así he conseguido la receta que más me ha gustado. Yo la prefiero con yogur (sin azucarar) pero cuando los tomas con leche dejan un sabor a miel muy rico en ésta; y es algo estupendo para tener un bote en la despensa, olvidarte de él y encontrarlo un día cuando tienes antojo de dulce.
Que maravilla nunca pense que se pudiera hacer en casa ii que delicia el resultado es genial, que bien te quedo , la primera foto me encanta ii esta granola es fuente de salud hija mia oohhh.....Besss
ResponderEliminarDelicioso! Me encanta porque es lo que suelo desayunar pero la compro ya preparada, ahora voy a hacerla yo misma, que bien!!
ResponderEliminarBesos
Esther, Ana: sí, se puede hacer en casa y queda tan buena o más que la comprada. ¡Y mucho más barata!!! Me alegra que os guste, ¡gracias!
ResponderEliminarB*
Como me estoy aficionando yo a este tipo de patés, resultan riquísimos. Besos!
ResponderEliminarAna
Lo hice ayer tarde, con almendras y arandanos rojos secos, y suprimiendo el azucar (no lo queria muy dulce).
ResponderEliminarRiquisimo! Menudo desayuno mas bueno esta mañana. Creo que voy a dejar de comprar cereales!
Muchas gracias por la receta.
Hola sos una genia esta receta esta pero buenísima la granola es riquísima menudo desayuno y merienda!!!
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