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miércoles, 19 de octubre de 2016

Regreso (y patatas con costillas, en olla lenta)

Hola... ¿Hay alguien ahí?

Meses y meses sin escribir. Sobre todo por falta de tiempo, pero no de ganas, ni de platos. Han sido meses de muchos cambios, y sentía que si volvía a escribir debía ser con una entrada solemne, dedicada a esos cambios, cargada de sentimientos... pero la verdad es que de esa manera era difícil que volviera a escribir, porque con J. ya no puedo dedicarle todo el tiempo que antes le reservaba, y entonces nunca acababa de decidirme. Así que me gustaría que el blog volviera a ser lo que fue, algo relajado y sin pretensiones, mi diario de recetas, aunque acaben saliendo mis pensamientos, mis viajes, mis sensaciones...
El relato de mis últimos meses lo dejo para más adelante; hoy sólo voy a contar una de mis primeras recetas preparadas con éxito en la olla lenta, el nuevo cacharro que me regalaron en Reyes y que, ahora que le voy cogiendo el truco, es un buen recurso para una madre novata y desorganizada como yo. Como ahora está muy de moda, no voy a detallar lo que es, pero por si alguien no lo sabe, es una olla eléctrica que cocina con baja temperatura y largos tiempos, con un consumo muy bajo, así que es estupenda para guisos, legumbres, etc. Ya hablaré del modelo que yo tengo etc. etc.
Yo he de reconocer que las recetas que mejor me han salido no son precisamente las que más fama le han dado (legumbres y carnes que necesiten largas cocciones, como carrilleras etc.) pero sí que me está dando mucho juego con salsas de tomate (passata), compotas, manzanas asadas y... patatas. Éstas, con costillas adobadas, fueron un plato casi de emergencia, preparado en poco tiempo y con lo que había en casa, y aún así quedaron bastante buenas; seguramente, con unas costillas adobadas en casa, y algo más de atención, serán un plato fijo de casa. Para 2-3 personas usé:
-300 gr. de costilla adobada (se puede poner más, si queremos más carne)
-3 patatas hermosas
-2 dientes de ajo
-1/2 cebolla
-1 zanahoria
-1 hoja de laurel
-unas cucharadas de salsa espesa de tomate, o una pizca de tomate concentrado
-agua, sal, pimienta
Es tan sencillo como dorar las costillas, reservarlas, rehogar después la verdura picada, y finalmente agregar las patatas; juntarlo todo y añadir agua justo hasta cubrir. Si es en olla normal, calculo que tardará unos 40 minutos a fuego lento, aproximadamente, según el tipo de patata y el punto que queramos. En olla lenta estuvieron unas 4 horas en temperatura alta, y quedó todo muy tierno, tanto la patata como la carne 
Entre las variantes de la próxima vez, quizás eche algo de pimiento o de ñora, se puede enriquecer con un poquito de chorizo u otra carne que complemente las costillas, y agregar alguna hierba más. Pero tal y como las hice fueron un gran plato, es una alegría llegar a casa y que esté listo para comer. 
Y por hoy eso es todo; dentro de poco, más entregas. 

martes, 12 de abril de 2016

Tarta de chocolate y remolacha (semana de la remolacha 3, y fin)

Pues sí que dieron de sí las remolachas... para terminar la serie hice esta tarta, que desde que empecé a ver por internet quise probar. El primer intento, hace tiempo, fue desstroso, pero ésta pasa a ser una de las recetas fijas de la casa. De las que te pide la gente cuando lo prueban.
De entre las muchas que hay en internet, elegí ésta porque me pareció equilibrada en ingredientes (otras llevaban demasiado azúcar, o aceite...). Es de la página de Tesco y mi versión lleva:

-250 g de remolacha cocida y rallada
-200 ml de acite de girasol u oliva suave
-175 g de azúcar (admite un poco más)
-3 huevos
-175 g de harina
-50 g de cacao puro
-100 g de chocolate picado, no derretido
-1 cucharadita y media de levadura de repostería

Se baten remolacha, aceite y huevos. Se mezcla todo lo demás y se junta con la primera mezcla. Se engrasa un molde redondo, se vierte la mezcla y se hornea a 180º unos 45 minutos aproximadamente, o hasta que pinchemos y salga limpio.
Se deja enfriar, se desmolda y se cubre con film unas horitas (así queda más jugoso). 

Probad. En serio.

lunes, 4 de abril de 2016

Empanada casi berciana (semana de la remolacha, 2)

Como ya dije, esta semana estuvimos preparando varios platos a partir de un hermoso manojo de remolachas con hoja. No suelen traer muchas y además suelen estar pochas (aquí casi nadie las usa, creo... ) pero este manojo estaba bien frondoso y fresco. Algo estupendo porque las hojas son deliciosas. Ya lo comprobé cuando compré algunas en el Día de Mercado de Madrid, la chica que me las vendió fue la que me recomendó usarlas, y tenía razón.
Después, curioseando algo más, descubrí que la remolacha y la acelga son básicamente la misma planta o, para ser más exactos, variedades de la misma (beta vulgaris); es decir, que la gente tira las hojas de la remolacha y luego compra (a veces bien caras) acelgas de penca roja, que son básicamente lo mismo. Yo las uso normalmente, para tortilla; pero esta vez eran muchas y decidí buscar otra cosa. Encontré esta receta de empanada berciana de Mercado Calabajío que me ha encantado. 
El relleno es de cebolla pochada, las hojas cocinadas a fuego lento, una pizca de panceta y chorizo y patata en rodajitas, que se ponen crudas directamente en el interior. La masa, una masa levada sencilla, con algo de aceite y vino blanco. No voy a colgar la receta detallada, ya que la hice exactamente igual que la original, con la salvedad de usar las estas hojas en lugar de la acelga de penca blanca; por lo demás, todo es clavado. Está rica, muy rica; hasta MA, que le tenía verdadera manía a las acelgas hasta hace poco, estaba encantado con el resultado. No tengo foto del relleno, aunque viendo las de Mercado Calabajío os podéis hacer una idea (aunque ésta era roja, evidentemente).
La receta es un poquito laboriosa, por tener que limpiar las hojas, cocinarlas, preparar la masa... pero para quien disfrute cocinando, merece la pena realmente. Deliciosa, aunque suene raro decir algo así de un plato de acelgas.

jueves, 31 de marzo de 2016

Comida de colores (semana de la remolacha, capítulo 1)

Un manojo grande de remolachas con hoja, 1,75€. De ahí han salido más de tres platos. El primero, una pasta con algunas hojas de remolacha rehogadas, tomatitos cherry y queso, muy buena. El segundo, este asado de verduras y raíces:
Lo había visto ya en algún programa de cocina británico, no sé si de Jamie Oliver o cuál [actualización: después de leer mi feedly, he visto que Akane publicó esta mismita receta hace pocos días, con una pinta fabulosa... no sé si es casualidad o referencia olvidada, en cualquier caso qué receta tan rica], y en vez de la típica ensalada esta vez decidí gastar la remolacha asándola. La mezclé con otras verduras, en esta proporción:
-1 remolacha grande
-1 chirivía
-1 nabo
-1 cebolla roja
-1 boniato
-1 zanahoria
-varios dientes de ajo, con piel
-tomillo y romero
-sal, aceite de oliva
Sólo hay que lavar las verduras, pelarlas y cortarlas en trozos medianos, salvo los dientes de ajo que se dejan enteros o se les da un golpe; el tamaño de los pedazos varía según lo que tarde en cocinarse cada verdura, así la zanahoria por ejemplo la corté en trozos más pequeños y el boniato en trozos más grandes. Se precalienta el horno a 200º y se pone todo en una bandeja amplia de horno, separando la remolacha para que no tiña el resto de ingredientes. Se rocía generosamente con sal y aceite de oliva y se hornean unos 50 minutos aproximadamente, vigilando de vez en cuando y removiendo un poco para que se hagan por igual.
Las verduras pueden variar, claro: se puede poner calabaza, patatas, cebollitas, apionabo,.. lo que se quiera. Para ver otras combinaciones se puede hacer una búsqueda en inglés, roasted root vegetables
Está muy rico, y es diferente a otros asados de verduras más habituales. Nos gustó especialmente la chirivía asada, que hasta ahora sólo habíamos comido en sopas o guisos. Una pena que sea tan difícil de encontrar. 
Se puede servir como primer plato, como guarnición, acompañarlo de alguna salsa de yogur, queso... rico rico.

lunes, 21 de marzo de 2016

Serradura

¿Serraqué? Serradura. Un postre portugués para amantes de la galleta y de las recetas fáciles (y que no estén pensando por ahora en la operación bikini).
No me extiendo mucho, porque la receta no es complicada ni tiene una gran historia detrás, que yo sepa. Parece un postre simple y casero, del estilo de las tartas de galleta de cumpleaños, sin embargo cualquiera que conozca medianamente el país vecino sabe que es habitual encontrarlo en los restaurantes familiares. También se ve puntualmente en los de este lado de la frontera, cosas de la cercanía, y sorprendentemente, también... ¡en China! Yo no lo sabía pero es muy popular en Macao, ex-colonia portuguesa; de hecho, cualquiera que curiosee un poco en Instagram se encontrará que muchas de las imágenes de serradura son de allí, muchas más que de Portugal.
El postre no tienen ninguna complicación: se trata de alternar capas de crema y galleta molida, no hay que cocinar ni hacer nada más que dejarlo reposar unas horas o una noche entera. Los ingredientes son:

-1 lata de leche condensada (suelen ser entre 370 y 400 g; yo no usé toda, dejé un poco en la lata)
-1/2 litro de nata para montar bien fría
-1 paquetito de galletas María o las que más nos gusten (no una caja, un "tubo")

Se muelen las galletas en una picadora, o a mano. Se bate bien la nata y se mezcla cuidadosamente con la leche condensada (la cantidad al gusto, según lo dulce que lo queramos). Se cogen unos 8 o 10 vasitos (o copas) y se rellenan alternando capas de galleta y crema, terminando con un poco de galleta para decorar. Se dejan reposar en la nevera unas horas o toda la noche. Y ya está.
Admite variaciones: hay quien usa dulce de leche en vez de leche condensada, quien agrega gelatina y lo hace en un único molde grande, tipo tarta, o quien cambia las galletas por otras de chocolate... a partir de aquí cada uno puede ponerse creativo. 
Es una receta un poco tontorrona, y con la cantidad de postres ricos que tienen los portugueses reconozco que éste no es de mis favoritos; sin embargo a mi madre y a mi cuñado les pierde, así que lo preparamos hace poco para una comida familiar. Fue un éxito. Es una buena receta para sacarte de un apuro, con la única salvedad del tiempo de reposo que necesita. 

Y poco más... de nuevo escribo con prisa y no voy a poder contar mucho más, aunque tengo en la recámara un montón de recetas, nuevos cacharros, experiencias y otras cosas sobre las que escribir. Ahora me falta tiempo para el blog, aunque lo echo mucho de menos. Como ahora paso muchos ratos fuera de casa con J., los últimos meses me he empezado a divertir con el Instagram (ya lo sé, llego tarde) que es más fácil de atender y así aprovecho mis largos paseos y tengo un diario gráfico de esta época. Si alguien quiere curiosear algunas de las cosas que cocino/como, además de otras historias, os espero por allí.