Esta masa vale también para preparar un bizcocho, para comer solo o como base de una tarta. De hecho, es lo que he preparado yo: mi amiga A. me encargó una tarta de chocolate por su cumpleaños, y como a ella le gusta mucho el Baileys pensé que era una buena manera de personalizarla; como yo no iba a poder probarla porque era para llevársela al trabajo, se me ocurrió reservar una parte de masa para hacerla en moldes pequeños y así comprobar que quedaba bien, y este es el resultado:

4 huevos, separadas las claras de las yemas
200 gr. de azúcar
120 ml. de aceite de girasol
unos 100 gr. de chocolate con alto porcentaje de cacao
200 gr. de harina
1/2 sobre de levadura tipo royal (8 gr.)
50 ml. de nata, o leche
un vasito pequeño de Baileys (aprox 80-100 ml.)
Mezclamos la harina con la levadura y tamizamos. Derretimos el chocolate al baño maría con la nata o la leche y aparte montamos las claras a punto de nieve. Se baten bien las yemas con el azúcar, añadiendo después el aceite hasta que emulsione bien. Agregamos, en este orden, el chocolate derretido (con cuidado de que no esté excesivamente caliente para que no cuaje las yemas), el Baileys, la harina y, por último, las claras montadas, con mucha suavidad para que no pierdan aire. Ponemos esta mezcla en un molde engrasado y enharinado (yo usé uno redondo, de unos 20 cm. de diámetro y bastante hondo) o vertemos en moldes de magdalenas, llenando hasta los 3/4 de su capacidad. Horneamos a 180º-200º, unos 20-25 minutos si son magdalenas y unos 40-45 si es un bizcocho (comprobar si está hecho pinchando con un cuchillo de hoja fina, ha de salir seco).
