Páginas

Mostrando entradas con la etiqueta cine gastronómico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cine gastronómico. Mostrar todas las entradas

viernes, 3 de febrero de 2012

Strogonov de ternera

¿Strogonov, Stroganoff..? No sé cómo se dice, pero está muy bueno. El Strogonov es una receta un poco retro; aunque hasta hace poco nunca se me hubiera ocurrido prepararlo (y mira que es fácil) me vino a la cabeza al verlo en la carta de un restaurante de Madrid; la receta de hoy sale de un viejo libro de cocina de los 70 (de esos afrancesados que todo lo hacen con mantequilla...) que rescaté del olvido en un cajón de la casa de mis padres.   
Básicamente es un guiso de carne en una salsa de nata agria y mostaza. Hay que prepararlo con una carne buena, porque como no va a cocinarse mucho tiempo no se debe usar una carne de guisar o quedará muy dura. Lo ideal, claro, es un solomillo, pero si no queremos gastarnos tantas perras podemos elegir unos buenos filetes. También se nota la diferencia entre usar una buena nata agria y una nata normal (que se puede acidificar con limón), pero en cualquier caso queda un plato rico.
Para 2 personas he usado:
-aproximadamente 300-350 gr. de buena carne de ternera, cortada en tiras no muy finas
-1/2 cebolla picada, o 3 chalotas
-1 puñadito de champiñones picados
-1 tacita de nata agria, o nata normal con unas gotas de limón
-1 cucharadita colmada de una buena mostaza
-1 pizca de coñac u otro licor similar
-mantequilla o aceite de oliva
-pimienta, perejil fresco picado
-arroz blanco hervido para acompañar
Se pone a calentar aceite o mantequilla en una sartén amplia, y se doran a fuego fuerte las tiras de carne sin hacerlas del todo; se reservan y en la misma sartén se sofríen la cebolla y los champiñones; se añade el coñac, y cuando se ha evaporado casi por completo se echan la nata y la mostaza; por último se vuelve a poner la carne, se deja unos minutos para que se haga del todo y espese la salsa, y se sirve con arroz blanco y un poco de perejil por encima.
-----
No sé si será por la ola de frío, pero últimamente todo es un poco ruso o nórdico a mi alrededor: hoy ha sido la comida, ayer también preparamos una receta del norte (una rica sopa checa, que ya colgaré en cuanto le coja del todo el truco), por trabajo estoy leyendo mucho de arquitectura nórdica... y el otro día vimos esta preciosa película escandinava de increibles colores; la pusieron en la Filmoteca con motivo del Gastrofestival que acaba de terminar en Madrid. No sé si es estrictamente cine gastronómico, pero aquí la dejo por si a alguien le puede gustar:

¡Buen fin de semana!

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pak choi salteado con soja y sésamo - HEMC 36

Ayer cené en un japonés y estaba todo tan rico que aun hoy tenía ganas de seguir comiendo oriental; de modo que hoy me he preparado de primero un salteado de pak-choi con sésamo, ajito y soja. Ha quedado muy rico y con un sabor muy intenso, cuesta creer que siendo una verdura de hoja tan verde sepa tanto (a mí me recuerda lejanamente al hinojo):
Los ingredientes son (por comensal): -1 pieza mediana de pak choi, o 2 si son muy pequeños (encogen mucho) -1 diente de ajo -aceite de sésamo, de oliva o una mezcla de los dos -salsa de soja -sésamo tostado -salsa de ostras o pescado (opcional) -jengibre o especias al gusto (opcional)
La preparación es sencilla: el pak choi, como otras verduras orientales, admiten muchas preparaciones (hervidas, rehogadas...) pero la gracia está en dejarlas un poco "al dente", sin cocinarlas demasiado para que además conserven el color. Para ello, lo mejor es separar la parte gruesa del tallo del resto de la hoja, reservamos éstas y preparamos los tallos al vapor durante apenas 5-7 minutos, cortados en trozos gruesos; si queremos añadirle algo más de sabor de manera sutil podemos poner en el agua del vapor las especias que nos gusten (yo puse jengibre y anís estrellado).
Ponemos después una sartén con poco aceite, doramos el ajo picado y echamos primero los tallos y después el resto de las hojas, también cortadas en trozos grandes. En apenas 1 o 2 minutos ya estarán, y entonces echamos un poquito de salsa de soja y de ostra, lo suficiente para dar un poco de color y sabor a la verdura sin empaparla; retiramos y al emplatar añadimos sésamo tostado por encima.
El pak choi me regaló una conversación de lo más peculiar la primera vez que lo compré, en el mercado de los Mostenses; estaba en un puesto de verdura exótica y ví que una señora china lo estaba comprando también. la conversación fue algo así: -Hola -... (sonrisa profidén, saludo con la cabeza) -¿Suele comprar esto? -Si -¿Sabe cómo se prepara? -Si -¿Está rico? -Si -¿Cómo se cocina, cocido o frito? -Si -(...) Así que me arriesgué y lo preparé como me dio la gana. Volviendo al mercado de los Mostenses y su entorno, recomiendo a todo curioso gastronómico que viva o pase cerca de la Gran Vía que lo visite si no lo conoce, es un paraíso de cosas raras, tanto orientales como sudamericanas, de esas que te dan ganas de llevarte aunque no sepas ni qué son (hoy sin ir más lejos me han dado a probar una mandarina verde como una lima, ácida pero muy rica). Aunque por mucho que pruebe, estoy muy lejos de poder hacer lo que hace el señor de este video, y de paso inauguro una nueva etiqueta, la de "cine gastronómico". Es el principio de la película "Comer, beber, amar", de Ang Lee: