Páginas

miércoles, 15 de julio de 2009

Gazpacho "de las abuelas" (con pan de masa madre!)

Andaba preguntándome si el pan de masa madre serviría igual, una vez seco, que "el normal", para usarlo en un gazpacho o salmorejo o para hacer pan rallado. Pues aquí está la prueba:
Lo llamo el gazpacho de "las abuelas" y no "de la abuela" porque las dos tienen su participación: una, por ser la autora de la receta; la otra, la valenciana, murió cuando yo era muy pequeña y por eso no pudo dejarme recetas (ay, con ella se fue esa paella casi mitológica de la que habla mi padre!) pero sí una cocina llena de cacharros que a mí me encanta curiosear y saquear cada vez que voy a esa casa. De allí salió un antiquísimo pasapurés, que es su aportación al gazpacho, y que mi madre arregló a martillazos ante mi mirada estupefacta. Aun funciona estupendamente:
El gazpacho fue una de las primeras cosas que me enseñaron mi abuela y mi madre, con mi consecuente desesperación al ver que todo venía medido en "puñados", "montones", "poquitos" y "pizcas". Cuando le pides a mi abuela que concrete un poco más, te dice "lo que te pida el plato" (¡pero si no hablan!). Ahora yo también cocino así, ¡pero lo mio me ha costado! De todos modos, intentaré aproximar las cantidades, para quien le interese:
-Tomates, entre 800 gr. y 1 kg.
-1 diente de ajo mediano, sin la parte verde
-1 pimiento italiano, o medio de los gordos
-1 pepino
-2 rodajas gruesas de pan seco, sólo la miga (en este caso, casero)
-1/2 vasito de aceite de oliva virgen
-sal y vinagre, al gusto ("una pizca" :))
-agua, si quedase demasiado espeso
-Opcional: un poquito de cebolla
Se pone el pan en remojo hasta que se ablande. Se pican las verduras, se ponen en un cazo o vaso de batidora con el pan escurrido y la sal y se baten hasta que no haya trozos; se añade entonces, sin dejar de batir, el aceite, y por último el vinagre. Se prueba y se corrige de sal o se añade un poco de agua si ha quedado demasiado espeso. Se pasa por el pasapurés o el chino y ya lo tenemos.
Truquitos: hay que tener en cuenta que si lo colamos quedará algo más líquido, así que entonces es mejor que al principio esté un poquito espeso. También, si se va a guardar en la nevera, que ahí siempre espesa un poco y que el sabor del ajo se va acentuando, de modo que es mejor dejarlo suave al principio.
¿Y esto? Pues... no he podido resistirme a presumir un poco de las verduritas de la huerta que me he traido de Badajoz; no todo el gazpacho es de éstas, pero lo poquito que lleva tendrá algo que ver con lo rico que ha quedado...
Por último: pensaba mientras lo preparaba lo diferente que puede ser un plato según se haga en un sitio o en otro, y recordé que en el Alentejo (Portugal) se prepara el gazpacho portugués, con los mismos ingredientes pero sin batir del todo, sólo como una sopa fría de picadillo. Aun me río al recordar la cara que puso mi padre cuando se lo sirvieron la primera vez...

4 comentarios:

  1. Muy bueno lo de las abuelas, "lo que te pida el plato" jeje. Ya me he descojonao un rato, con lo de que no hablan, muy bueno. Aqui arriba no somos mucho de gazpacho pero, me gusta y ese tiene una pinta de la oxtia!! Con esas verduras extrameñas no me extraña.
    Musu bat.

    ResponderEliminar
  2. ¡Me fascina el gazpacho! Me ha gustado mucho la receta de las abuelas, la mía también habla de "un poquito", "una pizca" o "depende"...
    Cuando preparo gazpacho no suelo ponerle pan, probaré...
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Mmmm, me gusta el gazpacho hasta con pan de centeno, no te digo más.

    ResponderEliminar
  4. qué buenísima pinta!! Sí las abuelas dan sus recetas así: un poco, una pizca, lo que te pida.... La verdad es que terminas cocinando de esa manera. :)))

    besos

    ResponderEliminar

¡Gracias por visitar el blog y por dejar un comentario! Siento no dejar comentarios a usuarios anónimos (me llega mucho spam) pero a todos los que leéis el blog y me dejáis unas palabras, y también a los que no, muchas gracias.