En esta mañana tranquila y calurosa de sábado me he animado a hacer una de mis recetas pendientes, un chutney: una salsa especiada de origen hindú adoptada por los británicos, que puede ser de fruta (mango, etc.) y/o verdura, que probé en mi última visita a Londres y me encantó. Aquí, el que he preparado yo:
Era una receta pendiente por muchos motivos: el primero, una sana costumbre que hemos tomado mi hermana (la cocinera mayor de la familia) y yo, la de traernos de cada viaje regalos gastronómicos. Uno de los suyos fueron un riquísimo vinagre de miel catalán y estos preciosos botes de especias franceses:
Vinagre... especias... qué podía hacer? Juntarlo con estos preciosos tomates pera que están estupendos, aunque no sean extremeños... (Extremadura es uno de los mayores - y mejores - productores de tomate, y prueba de ello es una de las recetas que se puede encontrar en Atrio, la sopa de tomate de Miajadas con higos, mmm!):
Busqué varias recetas de chutney de tomate, en revistas que tenía guardadas y en internet. Había de todo, desde las más exóticas como la de Manjula a las más "british", como las de Jamie Oliver. Al final recurrí como siempre a la improvisación, y el resultado ha sido estupendo. la receta es así:
-Aprox. 800 gr. de tomates maduros, pelados y troceados.
-Una cebolla pequeña picada
-Una manzana picadita (mejor justo antes de echarla)
-80 gr. de azúcar moreno
-150 ml. de vinagre de miel (u otro, pero dulce, como el de manzana)
-1 hojita de laurel
-1 cayena
-Especias variadas: pimienta larga de Indonesia, cúrcuma, paprika...
-1 cucharadita de sal
Yo he visto dos tipos de preparaciones, una parecida a una salsa de tomate (rehogando los ingredientes) y otra más cercana a una mermelada (todos los ingredientes juntos en frío); yo hice la primera, agregando primero la cebolla, el tomate, la cayena y el laurel con un poquito de aceite y después, por este orden, el vinagre, la manzana, el azúcar, la sal y las especias, y hacerlo todo a fuego lento durante 1 hora o hasta que espese. Se retiran el laurel y la cayena, y se guarda en botes esterilizados que se dejan enfriar 1 día invertidos (para que el vinagre no oxide la mezcla o algo así).
La verdad es que yo no pude esperar y guardé un poquito para la comida de hoy, que han sido unas tostas de chapata untadas con el chutney y unas lascas de Afuega´l pitu, un quesito asturiano que con su sabor suave y un poquito ahumado quedaba riquísimo con el dulzón y especiado de la salsa. Un descubrimiento.
P.D. a 1 de julio...: edito este post para hacer justicia, y es que el vinagre me lo trajo con todo su cariño mi compi de piso, A., y no mi hermanita... Dicho queda.
Menuda pinta, parece una mermelada con tropiezos. Los botes mu guapos. Y el queso, aaaaayy el queso ese si que me lo conozco. Lo tengo papeao y ademas allí mismo. Muy guapas las fotos.
ResponderEliminarBesarkada bat. Un brazo