Últimamente viajo más que cocino, lo cual no es nada malo si te sirve para ver gente a la que quieres, ganar unos kilos innecesarios con la comida de tu madre y traerte (de nuevo) un botín de vuelta. Esta vez ya había mucho cochino en casa (no hay más que ver el último post) así que en el poco tiempo que tuve compré unos poquitos dulces de mis favoritos de Badajoz.
Para los de Badajoz éstos no necesitarían presentación alguna: son los bollos de leche de La Cubana, unos bollitos muy tiernos con forma de ensaimada y cubiertos de azúcar, que cuestan 30 céntimos. Les ponen el azúcar cuando los pides, y si te los llevas a casa empaquetados a los de abajo se les acaba deshaciendo el azúcar por la humedad del bollo que lo cubre (así me gustan a mí). No sé cómo se hacen ni cómo describirlos, sólo que es un bollo muy liviano y dulce que se deshace al mojarlo en leche.
No es que sea un dulce típico extremeño, pero sí uno emblemático en la ciudad: se llevan vendiendo desde hace muchos años y todo el mundo los conoce (hasta tienen un grupo de fans en facebook, y estos carnavales han tenido su propia murga). Tampoco sé si alguien de fuera podría apreciarlo, o le parecería muy normal; a los que llevan toda la vida con ellos les encantan, quizá por eso mismo, porque es algo que siempre ha estado ahí, invariablemente. Mi madre es una de ellas, y siempre que paso, si no hay cola le compro un par de ellos.
Ésta es la pastelería, está en la calle Francisco Pizarro 9, y no ha cambiado su imagen en décadas: tiene los mismos muebles y expositores, unas antiguas sillas por si te quieres sentar allí a tomarte el bollo, los escaparates con botellas, los caramelos (de piñones...¡y de bellota!) y los bombones, el espejo y los cuadros...
... y el mostrador lleno de azúcar, de ir sirviendo bandejas y bandejas.
Otra cosa que me gusta traerme de Badajoz son estos mojicones de almendra, hechos en Don Benito y que yo compro en La Perla (Santo Domingo 77), una pequeña tienda de ultramarinos que es también La Casa del Bacalao y de donde suelo traerme siempre frutos secos (especialmente piñones y almendras extremeños), dulces y café portugués. Los mojicones son deliciosos, densos, casi como un mazapán... tanto que es mejor ir comiéndolos a plazos:
La tienda me encanta, está llena de toda clase de cosas y siempre ves a las señoras del barrio comprando allí. Una de las cosas que más me gusta de esta tienda (y también de La Cubana) es que son negocios sencillos y sin tonterías (al contrario que muchos en Madrid), que venden cosas excelentes y de la tierra pero en los que también puedes comprar productos normales, desde un litro de leche a una lata de espárragos:
El escaparate es pequeñito pero suele ser un compendio de curiosidades: castañas pilongas, conservas de perdices, frutos secos, productos extremeños diversos... o unos peculiares productos con los que mi hermana y yo nos partimos de risa, el Chorizol y el Salchichonal (que nunca hemos usado pero que me gustaría comprar sólo por el envase, con un dibujo a la antigua).
Y sobre todo, los dulces de la tierra, al peso, con esos letreros hechos a mano:Y aquí, parte de mi alijo: creo que M.A. no me hubiera dejado entrar en casa sin las bollas de chicharrones; yo me reservo los mojicones para el café.
Esas son las tiendas que me encantan, de las que ya no hay en las grandes ciudades... snif.
ResponderEliminarMe ha encantado el post, me he quedado como una enana pensando en la de tiendas que conozco que tienen esa esencia que dices, tienen algo y espero que siempre estén ahi, gracias por compartirlas
ResponderEliminarAy, madre, lo que me gustan estas tienditas de toda la vida...Albergan entre sus paredes delicias y mil historias, mil gracias por compartir!!!
ResponderEliminarQue lastima que vayan desapareciendo...es genial entrar en una de esas tiendas.....un besazo y disfruta de estas delicias...mmmmm que ricas!
ResponderEliminarQue ricos los bollitos de la Cubana!!! Yo vivo en Mérida y ahora estoy de sorteo en mi blog. Entre los regalos: jamón extremeño y torta de la Serena ¿te apuntas?
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarMiriam, y a mí! No te creas, trasteando por Madrid aún se ve algo parecido, pero cada vez son menos, es una pena.
Clarisss, muchas gracias! No sabes cómo me alegra que aún queden sitios así en otras ciudades, y que haya quien lo aprecie.
Mary, es cierto, muchas gracias!
Núria, lo que hay que hacer es cuidarlas y darles el valor que tienen para que no se pierdan del todo. Son geniales, sí.
Virginia, pues muchas gracias y ahora mismo paso a visitar tu blog.
B*
Ya se donde tengo que ir cuando visite tuk tierra, menuda pinta!
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