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miércoles, 29 de junio de 2011

Crema de verdinas y otras cosillas

Una cremita fría, para usar unas verdinas a punto de echarse a perder. Lo suyo hubiera sido preparar un guisote con almejas u otra cosa por el estilo, pero no dan los calores como para comerse un platazo de cuchara. Lo primero que pensé fue prepararla parecida a una vichyssoise, con patata y nata, pero al final decidí hacer una versión libre.
Para unas dos raciones generosas he usado:

-2 puñados grandes de verdinas
-2 patatas medianas
-opcional: 1 puerro o 1 cebolleta (yo no tenía, pero le hubiera ido bien)
-1 yogur
-comino, semillas de cilantro
-1 cucharada de tahini
-aceite de oliva, sal

El día antes se dejan las verdinas en remojo. Se ponen a hervir en agua fría nueva bien cubiertas, en olla normal o en olla express; en olla normal (como yo las hice) han estado en total 1 hora y media aproximadamente, más lo que después han estado con las patatas, otros 20 minutos, "asustándolas" dos o tres veces con agua fría para cortar el hervor. A media cocción se añadiría el puerro o la cebolleta. En olla express no sé cuánto hubieran tardado, porque nunca las he hecho en ella, pero habría que dejarlas cocer un rato destapadas para poder asustarlas. Cuando están ya cocidas pero aún enteras se añaden las patatas cortadas en trozos y se dejan otros 20 minutos. Se desespuma y se deja enfriar un poco; se bate todo con parte del agua de la cocción (añadiendo más para ajustar la textura, yo creo que ésta está mejor clarita), 1 yogur, el tahini, las especias y un hilo de aceite de oliva, y si es necesario se cuela o se pasa por un chino para que quede más suave. Se sirve bien fría, con un poco de yogur, o aceite, cilantro o perejil fresco...

Está rica, aunque he de reconocer que en general las judías - de cualquier tipo - no son mi legumbre favorita: me encanta una buena fabada, pero por lo demás prefiero los garbanzos o las lentejas. Con todo, ha sido una buena comidita de verano, la dejé hecha por la mañana y la tenía lista cuando llegué a comer, que es lo que más me gusta cuando hace tanto calor para cocinar: una sopita, un par de cositas para picar y listo: la acompañé con unas tostadas con paté casero hecho por la madre de M.A.: aún no tengo la receta, pero no tardaré en aprenderla porque está muuy bueno. :)

domingo, 26 de junio de 2011

"Panitos" de leche

Un pan para muchas cosas: una de ellas, aprender a entenderme de una vez por todas con el horno de mi madre: es curioso que con mi horno de Madrid, que es prácticamente una caja de zapatos con resistencia, haya conseguido hacer panes más que decentes y que con éste super-moderno no consiga más que ladrillos, salvo algunas excepciones como el roscón, hasta ahora.
Otra razón para hacerlo, puede que la más importante, es que en Badajoz tengo pinche, mi sobrina E., que con 4 años recién cumplidos ya ha perdido el miedo a las masas pegajosas y al amasado Bertinet (eso de aporrear masas le gustó desde el principio, y ya casi se le da mejor que a mí...). Siempre que hago pan E. me pide que le reserve un trozo de masa para amasarlo ella ("el más grande"), y a mí me llama "la madrina panadera", ya os podéis imaginar la cara de boba que se me puso cuando me lo dijo la primera vez... D. aún es muy pequeño, pero ya mira con mucha atención eso de los golpes en la mesa.
Se está hablando mucho últimamente de lo malos que son algunos productos básicos (el pan, la leche, la fruta...), y cuánto tiene eso que ver con la falta de memoria: en mi caso, por ejemplo, me he acostumbrado a tomar casi cualquier tipo de leche UHT porque prácticamente no he tomado otra, nunca he tenido costumbre de tomar leche fresca y no sé a qué sabe la leche recién ordeñada. Sin embargo sí tengo un recuerdo muy claro de las fresas o los tomates que comía de pequeña y por eso me decepciona tanto lo que puedo encontrar a diario en la tienda. En el caso del pan, aprender a hacerlo me ha enseñado la diferencia, y ahora me hace mucha ilusión que E. ya esté familiarizada con el proceso y que pueda probar panes diferentes, aunque por ahora para ella sea sólo un juego.
Otra cosa buena de este pan es que está hecho con ingredientes muy simples y muy baratos; aunque yo ahora me he vuelto un poco más rarita con todo esto y compro harinas aquí y allá, está bien saber que se puede hacer un pan estupendo con lo que hay en el super de al lado (en el Foro del Pan se propuso como tema del mes y se hicieron panes estupendos con harinas corrientes): estos "panitos", como diría E., están hechos con harina de fuerza del Mercadona y harina candeal del Corte Inglés, levadura, leche y sal, sin más. La receta, ajustada al calor de esta época:

Prefermento (día antes, o unas horas antes)
-3 gr. de levadura fresca, o 1 gr. de levadura seca
-50 gr. de leche
-50 gr. de harina
Mezclamos, dejamos doblar tamaño a temperatura ambiente y guardamos en la nevera hasta el momento de usar.
Resto de masa:
-450 gr. de harina (aprox. 300 de harina de fuerza y 150 de harina candeal. o la harina que tengamos)
-275-300 gr. de leche, o mezcla de leche y agua
-12 gr. de sal (1 cucharadita y media, aprox.)
-1 cucharadita de azúcar

Se mezcla el prefermento con el resto de ingredientes; reservamos un poco de líquido para añadir al final y ajustar la cantidad en función de la absorción de la harina, debe quedar una masa manejable pero un poco pegajosa al principio. Amasamos bien, de seguido o con reposos, hasta que quede una masa suave y elástica. Dejamos doblar tamaño en un bol aceitado, si queremos dando algún plegado intermedio. (En mi casa hacía tanto calor que tardó muy poco, algo más de una hora). Entonces dividimos la masa en dos trozos, le damos la forma que queremos (en mi caso, dos batards) y dejamos doblar de nuevo bien tapadas para que no se resequen. Pintamos con leche la superficie, greñamos y horneamos a 220º unos 35 minutos (bajamos un poco la temperatura a media cocción), o hasta que estén bien doradas y al golperalas en la base suenen a hueco.
Queda un pan muy rico, muy blanco, de miga poco aireada pero muy blandita; a medias entre un bollo (aunque no lleva nada de grasa) y un pan "normal", fantástico para tostadas.
Estupendo también (amasarlo, y luego comerlo) como remedio para días rojos, mucho mejor si se hace en compañía de alguien querido.

martes, 14 de junio de 2011

Ensalada templada de champiñones y zanahoria con avellanas

En estos días estoy poco cocinera, y un poco ausente del blog. Hoy también ha sido día de receta rápida y facilona, pero ha quedado rica y aquí la dejo:
Para 2 personas se necesita:

-2 puñados generosos de rúcula (también valen hojas de espinaca, berros...)
-entre 4 y 6 champiñones frescos, bien limpios
-2 zanahorias medianas o grandes
-1 puñadito de avellanas tostadas picadas gruesas
-unas lascas de jamón, o parmesano
-aceite, sal, pimienta

Es tan fácil como hervir las zanahorias hasta que estén al dente, y saltearlas después a fuego fuerte con aceite de oliva y pimienta. Se monta el plato poniendo primero las hojas lavadas y secas, después los champiñones laminados muy finos (si no nos gustan crudos se pueden saltear también), las zanahorias y por último las avellanas y el jamón (de aquí, qué rico, con el calor de la zanahoria se queda más tierno y riquísimo, ñam). Yo sólo la he aliñado con una pizca de sal y aceite, pero se puede poner una vinagreta dulce, o de mostaza... al gusto.

jueves, 2 de junio de 2011

Al rico pepino español: bocadillo de feta, pepino y pimientos

No hace falta que cuente mucho más, últimamente no se ha hablado de otra cosa... sólo que me uno a la iniciativa comenzada en otros blogs para apoyar a la agricultura española, ahora que se está viendo perjudicada por el triste asunto de los pepinos. Con esta simple receta participo en la propuesta de Ajonjolí "Apoya a los agricultores, ¡pon un pepino en tu cocina!", y de paso me hago una merienda maja.  
A mí, como le pasaba a Mikel, de El comidista, el pepino no me gustaba demasiado hasta hace bien poco; de hecho, el típico sandwich de pepino que se toma con el té en Inglaterra me parecía una pesadilla gastronómica; sin embargo, cuando empecé a cocinar y a prepararme mis propios gazpachos (los primeros, sin pepino) me dí cuenta de lo necesario que era en algunos platos, y más tarde en algún viaje lo probé en bocadillos de esos currados que llevan de todo, en rodajas finitas y crujientes, y así fue como me empezó a gustar. La receta que dejo hoy es precisamente un bocadillo, se pueden cambiar los ingredientes por los que a cada uno le gusten, pero recomiendo que lleve algún queso blanco y algún ingrediente ácido (chutney, encurtidos...). El mío llevaba:
-Pan de semillas, o el que nos guste
-Queso feta
-Chutney de cebollas y aceitunas (se puede poner cualquier chutney, tapenade...)
-Unas rodajas de pepino fresco en rodajas finas
-Pimiento rojo asado (en mi caso agridulce) en tiras muy finas
-Aceite de oliva
Lo único que hay que hacer es tostar ligeramente el pan, untarlo con una pizca de aceite de oliva, rellenar y comer.
Todo este desafortunado asunto de los pepinos demuestra una vez más la falta de conocimiento y control sobre lo que comemos y cómo se produce, cosa que ya he comentado alguna vez y he animado a la gente a interesarse más por lo que come y de dónde viene. Para aquellos a los que este tema les interese y vivan en Madrid, la próxima semana se celebra La semana de la sostenibilidad / Emisión cero, que ofrecerá conferencias, documentales y otras actividades, no sólo sobre alimentación sino también sobre arquitectura, consumo etc; por ejemplo, en el Círculo de Bellas Artes se podrán ver las películas Food Inc., o No impact man, y también habrá otras actividades en La Casa Encendida y el centro cultural Eduardo Úrculo. Ahí lo dejo.