Páginas

jueves, 24 de enero de 2013

Arroz caldoso con calabaza asada y salchichas

No me atrevo a llamarlo risotto porque no sé si es así como los italianos lo preparan, aunque creo que en un par de detalles la preparación sí es parecida. Yo he aprendido viendo a M.A., que vivió un tiempo en Italia y los hace muy ricos, aunque hoy he ido de alumna listilla y repelente y no sólo lo he preparado sola sino que le he soltado más de un bufido cuando ha intentado aconsejarme.
Es un plato con pocos ingredientes y aún así, si se usan unas salchichas de buena calidad y se pone un poquito de cuidado al hacerlo, resulta delicioso.
Para 2 raciones grandes / 3 normales he usado (aproximadamente, que yo mido poco):

-un trozo hermoso de calabaza asada (como un cuenco lleno)
-1/2 cebolla muy picada
-2 salchichas o butifarras frescas, de buena calidad
-1/2 vasito de vino (yo usé un resto de Pedro Ximénez por gastarlo, pero puede ser blanco u otro)
-aproximadamente 3 tacitas de arroz redondo
-caldo o agua, aproximadamente 1 litro
-aceite, sal, pimienta negra
-opcional, queso rallado

La calabaza se puede tener asada de antes; si es muy fibrosa puede triturarse, si no se pica en trocitos. 
En una sartén o cazuela ancha se fríe la cebolla con un poco de aceite, y mientras tanto calentamos al lado en otro cazo el caldo o agua; cuando empieza a pocharse la cebolla se añade la carne de las salchichas en trocitos y se deja que se dore un poco; se agrega un poco de sal y pimienta, y también el vino, que se deja reducir a fuego medio-fuerte. Entonces se echa el arroz y se rehoga un par de minutos. Con un cazo vamos agregando caldo poco a poco mientras se remueve el arroz, y se repite cada vez que se vaya reduciendo, durante unos 18-20 minutos o hasta que el arroz esté casi hecho. Se puede probar de vez en cuando para saber el punto de sal y del arroz.
Ya al final se añade la calabaza picada o triturada, se deja un minuto más o hasta que el arroz esté listo y la calabaza disuelta en el caldo, y por último si queremos se pone un poco de queso rallado y más pimienta negra. 
El punto de "caldosidad" se puede ajustar: yo lo dejé bastante líquido porque me gusta así y porque me daba miedo que al enfriarse se quedara como un engrudo, pero se puede echar algo menos de caldo al final o espesar con el queso, esto va al gusto. También admite alguna hierba - yo eché de menos tener a mano algo de salvia, que me gusta mucho con la calabaza - aunque si las salchichas son especiadas eso bastará para dar sabor al guiso. 
Se sirve recién hecho, o mejor aún, se lleva en la cazuela a la mesa, y después ésta se rebaña a conciencia :)

lunes, 21 de enero de 2013

Amatriciana, a mi manera

¿Después de un mes sin publicar, y vienes con unos macarrones con tomate..? 
Pues sí, en primer lugar porque bien hechos están muy ricos, y por varias otras razones: ha sido un mes lleno de cosas entre los viajes navideños, un poco de pachuchez y una pequeña reforma en casa que ya estaba planeada hace un año, que iba a hacerse en otoño y que finalmente y por varias razones se está haciendo ahora. Así que escribo mientras en casa acaban con la pintura, y con la cocina totalmente vacía y cubierta de plásticos. 
Cocinar en casa durante estos días ha sido una tarea difícil, así que antes de empezar hice un perol de lentejas con batata de tamaño familiar y bastante pan, pero como todas las obras se alargan por pequeñas que sean (y no puede uno estar comiendo lentejas eternamente) en cuanto la cocina quedaba medianamente libre por unas horas intentamos cocinar alguna otra cosa fácil: esta pasta all'Amatriciana ha sido uno de esos platos.
Como toda receta tradicional tiene sus teorías y sus purismos. Yo no sé si se parece a la auténtica o no, ésta es básicamente es una salsa de panceta fresca y tomate con algo de ajo y guindilla, sabrosa y un poco picante. El queso debería ser pecorino, pero como no teníamos nos contentamos con un queso curado y algo seco que había en casa. La servimos con un puñado de rúcula, y estaba muuuy buena. 
Además, aunque suene un poco ñoño y rarito reconozco que encuentro algo de encanto en las mudanzas y en las obras, a pesar de todas las incomodidades y disgustos que suelen acompañarlas: será porque te obligan a hacer limpieza y siempre acabas encontrando algo que habías olvidado, porque empiezas a ver tu casa de uno modo diferente o porque has visto demasiadas películas y le ves algo romántico a eso de vivir un par de semanas entre cajas y plásticos... quién sabe.