Recién llegada de Badajoz, bien cargada de viandas (como le dije a M.A. cuando venía, con todo lo que he traído casi se podría recomponer un cerdo entero); pero como quiero dosificar las envidias, y además después de las navidades no está una para excesos, retomo el blog con una receta de verdura y simple donde las haya, aunque hecha con cuidado y buenos ingredientes (¡y con el jamón en crudo!):
Para dos personas he utilizado:-6 alcachofas frescas
-2 dientes de ajo (opcional)
-sal, aceite de oliva
-unas cuantas lascas de jamón extremeño
La receta es de las más comunes para cocinar alcachofas, pero la dejo en el blog porque hoy he probado una nueva técnica, y así cuento lo bueno y lo malo de ello:
Lo normal es limpiar las alcachofas en crudo, frotarlas con limón y dejarlas en remojo en agua con limón o perejil; después se cuecen y se preparan de la manera deseada. Yo hoy he probado a hacerlo al contrario, es decir, hervirlas enteras, como ví en Gastronomía&Cia: después de aproximadamente 20 minutos de cocción se escurren bien (almacenarán mucha agua dentro) y se limpian.
Aquí viene el primer problema, porque al estar más blanditas es fácil que se deshagan; por eso, es mejor no dejarlas demasiado cocidas (después pasarán por la plancha) y cortar las puntas de las hojas antes de quitar el tallo y con mucho cuidado (si se corta antes el tallo las hojas se desprenden con mucha facilidad y se puede deshacer la alcachofa). Se retiran las hojas duras, se pela el tallo si también lo vamos a consumir, las cortamos a la mitad y se reservan.
En una plancha o sartén ancha se pone un poco de aceite de oliva y, cuando está caliente ponemos las alcachofas sobre el corte; las dejamos sin mover unos minutos, hasta que se empiezan a dorar bien; les damos la vuelta y las dejamos otro poco por ese lado. Las sacamos, añadimos un poco más de aceite y doramos el ajo picado. Echamos el aceite y el ajito sobre las alcachofas, un poquito de sal y las lascas de jamón.
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Lo curioso de esta manera de hacerlas es que siempre he pensado que el sabor ácido de las alcachofas venía en parte del limón con el que se frotan al limpiarse, pero no he usado limón y tenía también el toque ácido. Lo bueno, como ya dije, es que te ahorras la pesada limpieza inicial, pero a cambio es un poco más difícil saber cuándo están limpias y hay que tener cuidado al limpiarlas porque se quedan muy delicadas.
En estos platos de verdura el jamón suele ir en tacos y cocinado; yo he usado un jamón rico así que lo he puesto justo antes de llevarlo, para que simplemente se temple un poco con el calor de la verdura. Estaba delicioso, la mejor manera de cuidarse después de los excesos...
Mi madre es pacense y es curioso porque ella dice exactamente lo mismo: el jamón bueno no hay que ponerlo en la plancha, se pone sobre lo que se vaya a comer y queda expléndido. Me ha gustado mucho toda tu explicación.
ResponderEliminarBesitos
Me has dado una gran idea para intentar que mi novio no le haga ascos a las alcachofas, servirlas con gran jamón! Además me parece estupendo que no lo cocines, el jamón de calidad no hay que "estropearlo" cocinándolo :)
ResponderEliminarUn abrazo
Sencillo y delicioso que mas se puede pedir...beeesos
ResponderEliminar¡Qué buenas te quedaron y con ese acompañante tan delicioso, se me hace la boca agua!!!
ResponderEliminarBueno es saberlo. Mira hace poco leí que todo eso de ponerle limón no hace falta. Que mientras se van cortando las vayamos metiendo en agua hirviendo directamente y ya está. Un día probaré.
ResponderEliminarMuy rica ésta receta.
Un saludo y buen finde.
Te han quedado estupendas y con ese jamoncito extremeño deben saber a gloria bendita. Un besazo.
ResponderEliminarcosicasdulces.blogspot.com
Hola!
ResponderEliminarJeje, me hace gracia que o suene familiar lo del jamón sin cocinar... ¡es que es verdad! Me alegra que os guste la receta!
B*