El de este año ha sido el primer mes de agosto en mucho tiempo que no he ido con mi familia a Portugal, y ha sido triste no haber podido ir: cuando era pequeña pasábamos allí largas temporadas, y al hacernos mayores mi hermana y yo se fueron reduciendo las estancias, pero prácticamente todos los años - que yo recuerde - hemos ido al menos unos días, últimamente además con los nuevos componentes de la familia, E. y D., así que es
un viaje que siempre espero con ganas.
Son unas vacaciones de costumbres, visitando los mismos sitios y restaurantes, descansando, leyendo... desde que tengo el blog, además, me fijo mucho más en la comida que pedimos, las diferencias con nuestra cocina, el pan... por eso me ha dado tanta pena no haber probado este verano el caldo verde, y por eso me lo he preparado yo hoy:
El caldo verde debe ser una de las recetas más fácildes que conozco, tanto que no me explico cómo la preparo tan pocas veces: la única complicación es encontrar la "couve galega" que ellos emplean para prepararlo (col de hojas lisas, o berza), pero si no se tiene se puede sustituir por cualquier tipo de col verde. Yo he aprovechado la berza que compré el otro día en el mercado, y ha salido riquísimo. Para unas dos raciones se necesita:
-1 patata grande
-1 pedazo de cebolla, o una cebolla pequeña
-1 diente de ajo
-4 o 5 hojas de col lisa o berza, sin los tallos (=2 puñados de hojas picadas)
-1 pedazo de chorizo de guisar, que no tenga demasiada grasa
-agua, sal, aceite de oliva
Básicamente se trata de hacer una crema muy clara de patata, en la que luego se hierve ligeramente la col; hay quien pone a cocer la verdura en frío, pero yo prefiero rehogar levemente en aceite el ajo y la cebolla picados. Después se añade la patata troceada, se cubre todo con agua (aprox. 1/2 litro, o hasta que cubra bien), se añade sal y el chorizo y se deja hervir hasta que la verdura esté hecha (unos 20-25 minutos). Entonces se retira el chorizo, se bate todo lo demás y se vuelve a poner al fuego añadiendo la col cortada en tiras finísimas, casi como hilos, y el chorizo cortado en rodajas. Se deja apenas unos 5 minutos más y se sirve, poniendo al menos una rodaja de chorizo en cada plato.
Quien no rehogue la cebolla puede añadir al final un poquito de aceite de oliva; también hay quien omite el ajo, o la cebolla (poniendo sólo uno de ellos); si no tenemos col, o no nos gusta demasiado, se puede hacer la misma preparación con otra verdura de hoja, como espinacas: no será caldo verde, pero queda una sopa muy buena en cualquier caso. Y, por supuesto, los vegetarianos pueden hacerla igual, prescindiendo del chorizo.
Es delicioso, y en mi caso además un sabor lleno de recuerdos. Por eso la receta de hoy se la dedico a mi familia: a toda mi familia, pero muy especialmente a mi padre, que ha pasado un verano difícil que poco a poco va quedando atrás. Espero que todos disfrutemos juntos una rica comida portuguesa, como no hemos podido hacer este verano.