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jueves, 31 de marzo de 2011
Lisboa, brevemente
martes, 22 de marzo de 2011
Turismo (gastronómico) local
El fin de semana pasado estuvimos, accidentalmente, de ruta por algunas de las mejores pastelerías de Madrid; accidentalmente porque ya se sabe: te vas al centro a buscar un regalo (y a pelearte con la marabunta de gente) y vuelves a casa sin el regalo, pero bien alimentada.
Yo, que soy de fuera, siempre he creído que para ser "más de aquí" había que evitar los sitios aparentemente turísticos, pero en Madrid y en otras ciudades el centro aun atesora algunos lugares por los que merece la pena pasar de vez en cuando, aunque sea dándose codazos para llegar a la barra. Uno de ellos es la Mallorquina, en plena Puerta del Sol, donde te puedes tomar un café muy rico (que descubrí por M.A.) con una torrija bien generosa, o un tortel... yo, como ya he dicho, me voy a lo de siempre y pedí un suizo, de masa aromatizada con azahar y que me ha curado por mucho tiempo la nostalgia del roscón. No fue nada caro (2 cafés y un suizo 3,5 euros) y, además, ¡preparan los cafés con leche fresca! Un lujo, hoy en día.
Otra de las grandes, la Pastelería del Pozo, en la calle del mismo nombre. Un sitio precioso, y roscón de reyes todo el año:
También tienen empanadas de varios tipos, espectaculares hojaldres de crema o cabello de ángel... Esta vez nos llevamos una torrija de bizcocho, bien cubierta de canela, qué rica:
Y por último (aquí ya sólo hicimos foto y no parada, estábamos al borde de la hiperglucemia) Casa Mira, en la carrera de San Jerónimo: los mejores turrones artesanos y -según M.A., que es el experto- las mejores bayonesas de Madrid, todo expuesto en un casi obsceno expositor giratorio que me hubiera vuelto loca de pequeña. A mí lo que me gusta es la variedad de frutas confitadas, aun estoy buscando una receta que me sirva de excusa para comprar las preciosas mandarinas, o la calabaza:
¿Y para aquellos a los que no les gusta el dulce? No os preocupéis: aprovechad el frío que aun nos queda, haced una paradita en Lhardy, también en la carrera de San Jerónimo, y servíos vosotros mismos una tacita de consomé mientras os alegráis la vista con todo que venden.
domingo, 20 de marzo de 2011
Pizza y peli
viernes, 18 de marzo de 2011
Sopa de verduras con chucrut y queso feta.
Se acabó uno de los botes de chucrut, y aprovechamos el riquísimo caldo que dejó para aromatizar una sopa de verduras, le da un sabor espectacular. Por otra parte teníamos un trocito de queso feta que ya se estaba quedando algo seco, así que lo aprovechamos también, imitando en cierto modo el uso que los japoneses le dan al tofu en la sopa de miso; el feta al secarse queda tan salado que me recordaba también a la ricotta salata, un queso típico de Sicilia con el que se prepara, por ejemplo, la pasta alla Norma (otro día hablaré más de esto).
La receta es bastante elemental, es una sopa de verduras de ingredientes variables a la que añadí el resto de un bote de chucrut (más o menos una tacita de caldo) y que rematé, ya servida, con unos trozos de feta seco desmigado. El contraste era fantástico, con la calabaza y la zanahoria muy dulces, el fondo ácido del chucrut (no muy acentuado, pero presente) y el sabor salado del feta. Qué rica... me podría alimentar casi a base de sopas! Por si alguien quiere saber exactamente cómo la hice, éstos fueron los ingredientes (dió para más de 3 raciones):
-1 rodaja gruesa de calabaza -1 puerro -1 patata grande -1 zanahoria -1 nabo -1 tacita de caldo de chucrut -1 trocito de queso feta, algo reseco (vale cualquier queso fresco) -aceite, sal, pimienta, agua, perejil fresco
Se rehogan las verduras limpias y picadas, por orden: primero el puerro, después la calabaza, y por último las demás. Se cubre con agua y el caldo del chucrut, se sala ligeramente y se deja hervir unos 25 minutos aproximadamente, o hasta que todas las verduras estén hechas al gusto. Se prueba de sal y se sirve con el queso y el perejil por encima.
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No puedo publicar hoy sin dejar constancia de la profunda pena e impresión que me está causando todo lo que está pasando en Japón. Aparte de informarnos de todo lo que vaya sucediendo y ayudar en lo que sea posible, creo que es importante que esto nos sirva de reflexión sobre lo frágiles que somos todos, y sobre nuestra incapacidad para controlar nuestras propias creaciones o prever el peligro que éstas conllevan cuando la naturaleza se impone, por muchas medidas de seguridad que se pongan. Quizá esto sirva de lección y, como se ha dicho varias veces en los medios estos días, ojalá nos lleve a plantearnos si debemos cambiar nuestro modelo energético y, más allá aun, nuestro modo de vida. Se han publicado multitud de testimonios de científicos, especialistas, etc.; yo os dejo un link que a mí me ha interesado especialmente, aunque no sea un documento científico: la entrevista publicada hoy en El País a Kenzaburo Oé.
miércoles, 16 de marzo de 2011
Ensalada templada con tirabeques y calabaza frita
Se pueden preparar con las verduras cocidas o al vapor que más nos gusten; yo tenía ganas de cocinar tirabeques porque los he probado muchas veces como aperitivo en restaurantes japoneses (una de las veces, creo, en uno de mis restaurantes japoneses favoritos, el Janatomo) y me encantan, pero al final nunca los compraba para casa. El único truco del plato es, como siempre, cocer la verdura en su punto justo, especialmente los tirabeques, para que queden ligeramente aldente.
Para 2 raciones he usado:
-1 manojo de judías verdes, de las planas -1 puñado de tirabeques -2 zanahorias -1 rodaja de calabaza -2 huevos (opcional) -aceite de oliva, sal, pimienta
Se pone a cocer una cazuela con agua. Cuando rompe a hervir se añade sal y se añaden, por este orden (o al gusto) las judías verdes enteras y limpias, 3-5 minutos después las zanahorias en trocitos y unos 7-8 minutos más tarde, por último, los tirabeques, que estarán apenas unos 3 min. más o menos (tiempos aproximados, se puede ir probando... también se pueden hacer al vapor).
En una sartén aparte con un poco de aceite se pone a rehogar a fuego medio-fuerte la calabaza cortada en cuadraditos, añadiendo cada poco tiempo una pizca de agua (se puede coger de la de cocer las verduras) para que no se seque ni se queme; cuando ya está tierna se añade una pizca más de aceite, se deja un minuto a fuego más fuerte para que se dore ligeramente, se sala y se aliña con sal y pimienta; tiene que quedar blandita pero no deshecha, y saber muy dulce.
Se cortan las judías verdes en trozos y se sirven las verduras aun templadas, con un poco de aceite de oliva (y vinagre si se quiere), la calabaza frita encima y un huevo pasado por agua o escalfado. Listo. (Lo mejor: lo que queda en el fondo del plato, mezcla del aliño y el huevo, reservar un trozo de pan para cuando se llegue, ñam).
lunes, 14 de marzo de 2011
Mudanza y otros asuntos
... Así que hemos decidido contratarnos indefinidamente, a ver qué tal se nos da eso de compartir la compra, las sartenes y los desayunos de toda la semana.
Es un momento muy feliz, de novedades e ilusiones. También de cambios (que no de despedidas): durante mucho tiempo he compartido casa con mi compi A., que ha sido mi amiga todos los días, mi compañera de estudios, de casa, de fiestas y encuentros, de inicio de muchas cosas y de tantos y tantos momentos felices y tristes... y así seguiremos, aunque ya no tenga que aguantarme mis manías domésticas, ni convivir con mis mil cacharros, mis experimentos cociniles y la cocina enharinada de arriba a abajo. Amiguita, no hace falta que diga aquí lo mucho que te echaré de menos, ya lo sabes bien :)
lunes, 7 de marzo de 2011
Pan semi-integral con granos de kamut
-1 puñadito pequeño de granos de kamut (crecerán) -160 gr. de masa madre integral -120 gr. de harina integral -300 gr. de harina de trigo (en mi caso, gallega) -320 gr. de agua (depende de la harina usada y su absorción) -12 gr. de sal
La noche antes dejamos en remojo los granos de kamut. Si los queremos muy tiernos se pueden hervir unos minutos (se van probando hasta que tengan la textura que queremos, teniendo en cuanta que durante el levado siguen cogiendo humedad y ablandándose). Se mezclan todos los ingredientes salvo los granos y se amasa, de seguido o con reposos, hasta que la masa está elástica y suave. Se deja reposar unos minutos para que se relaje el gluten y entonces se incorporan los granos, amasando lo necesario para que queden bien repartidos. Se hace una bola y se deja levar hasta que casi doble el tamaño (entre 3-4 horas, según la temperatura), dándole unos plegados cada hora si se quiere. Entonces se le da forma y se deja levar de nuevo, en bandeja o en banetón, hasta que suba de nuevo (yo lo dejé toda la noche en la nevera). Se hornea unos 40-45 minutos, los primeros 10 o 15 a 250º y después bajando a 200º.
Éstos son los granos. Es curioso lo poco familiarizados que estamos con los cereales, incluso con aquél en el que se basa nuestra dieta (al menos en mi caso reconozco que me costaría mucho distinguir algunos tipos de cereal, incluido el trigo) y con las preparaciones que se pueden hacer con él, más allá de la harina. Con esto del pan estoy aprendiendo cosas nuevas sobre tipos de cereales, propiedades, por qué se cultivan más unos que otros, etc. También he conocido proyectos muy interesantes como Isla de pan, que está llevando a cabo Ajonjolí en Tenerife cultivando un terreno con trigo autóctono para poder desarrollar todo el proceso del pan desde su origen, y que por suerte está compartiendo con todos. :)
martes, 1 de marzo de 2011
Sopa de remolacha (casi Borsch)
-1 pieza de remolacha fresca -1 patata -1 puerro pequeño (o 1 cebollita) -1 zanahoria -1 tomate, o unas cucharadas de puré de tomate -1 pedazo de col -1/2 litro de caldo (de carne, verdura...) o agua -2 cucharadas generosas de crema agria, o yogur espeso en su defecto -perejil picado fresco -aceite, sal
Se pican la zanahoria, la remolacha, la col y el puerro en juliana gruesa (podemos usar una mandolina, si la tenemos), la patata en trozos, y se tritura el tomate. Se rehogan las verduras, poniendo primero el puerro y después, por este orden, la zanahoria, el tomate, la remolacha y la patata. Se agrega el caldo o agua, cuando rompe a hervir se añade la col y se deja cocer todo hasta que las verduras están tiernas (30 minutos, quizás un poco más). Se deja reposar la sopa (mejora si se hace así), y cuando se va a tomar se calienta y se sirve con una cucharada de crema agria y perejil picado por encima.
La remolacha es otra de esas verduras que he visto toda la vida en casa siempre de la misma forma - comprada en conserva para las ensaladas - y ni te planteas cocinarla de otro modo (de hecho, a mí nunca me ha hecho mucha gracia). Hace poco la probé en un restaurante como ingrediente principal de un gazpacho, y me encantó, así que me propuse aprender a cocinarla; ha sido todo un descubrimiento, ahora sólo me falta aprender a hacer pampushki. Para la próxima :)