Un pan de miga densa y sabor fuerte; con muchas posibilidades (me quedé con ganas de añadirle especias, o granos germinados, y así acercarlo más a ciertos panes del norte de Europa, la próxima será). He de decir que no es de mis favoritos, no acabo de acostumbrarme a panes tan potentes, pero aun así está bueno (especialmente con mantequilla, mmm) y en casa se ha dicho que es uno de los panes más ricos y diferentes que he hecho, así que lo pongo:
Ya había hecho muchos panes con centeno; esta vez M.A. me pidió un pan de sabor más fuerte y ácido, y las fermentaciones largas y en frío suelen potenciarlo, pero no quería cambiar mucho los tiempos de fermentación de la masa por miedo a que se pasara. Entonces recordé que en La cocina de Babette aprendí que para ciertas masas con mucho centeno era recomendable usar masas madres muy ácidas, y decidí hacerlo así: dejé la masa madre madurar durante 24 horas aproximadamente, y eso bastó para que el pan tuviera un sabor totalmente diferente, sin apenas variar la receta.
La masa lleva mitad de centeno y mitad de trigo, con una hidratación que ronda el 70%. Creo que hubiera admitido más agua, y la próxima vez me gustaría hacerlo sólo con centeno; de todos modos, dejo la receta:
-180 gr. de masa madre de centeno, madurada en un lugar fresco 24 h. aproximadamente
-160 gr. de centeno (semi-integral, pero se puede usar de otro tipo)
-250 gr. de harina de fuerza
-260-280 gr. de agua
-12 gr. de sal
El resto, como otras veces; mezclado de todos los ingredientes salvo la sal y reposo de 1/2 h. Se añade la sal y se amasa (seguirá siendo algo pegajosa aunque se amase mucho, por el centeno), se hace una bola y se deja fementar hasta que casi doble, unas 3-4 horas según la temperatura. Se forma, se pone en un molde o banetón y se deja fermentar otras 3 horitas aproximadamente. Se hornea, los primeros 15 minutos a 240º y luego bajando a 200º, otros 20-25 minutos o hasta que esté dorado y suene a hueco al golpear la base.