Qué suerte que uno de mis pescados favoritos sea de los más baratos y más fáciles de encontrar. Hoy preparado de una manera muy sencilla, pero acompañado de unas patatas Hasselback para variar.Como véis lo he preparado con cabeza y todo, sé que hay gente a la que le impresiona un poco pero es así como lo he comido siempre, posiblemente porque así se suele servir en Portugal, que es donde he comido más pescado.
El pescado no es precisamente mi fuerte, pero sí sé que básicamente hay dos cosas imprescindibles, sobre todo en preparaciones tan sencillas: comprar pescado muy fresco, y no cocinarlo en exceso para evitar resecarlo (he visto recetas antiguas - y no tanto - que ponían tiempos larguísimos para preparaciones como ésta, una barbaridad). Hoy me ha quedado bien (no siempre lo consigo), y ha sido así:
-Una caballa pequeña por comensal, o una grande por cada dos
-Una patata grande por comensal
-Pan rallado
-Perejil fresco picado
-Aceite, sal, pimienta
-Opcional: una pizca de mantequilla
Empezamos por las patatas, que tardan más. Se escogen patatas de piel lisa, y se lavan bien. Se practican unos cortes paralelos con un cuchillo fino y afilado dividiéndolas en varias "rebanadas", procurando no llegar nunca a la base. Se rocían con sal, aceite y pimienta (y una pizca de mantequilla sobre cada una de ellas, si la usamos) y se ponen a horno medio (200º) entre 30 y 40 minutos, hasta que estén tiernas por dentro pero crujientes y doradas por fuera. Se pueden aromatizar, poniendo en los cortes hierbas, ajo picado, etc.
Las caballas, enteras y limpias, se preparan haciéndoles unos cortes en los lomos; se salan bien por dentro y por fuera y se ponen en una fuente de horno con una pizca de aceite de oliva. Se hace una mecla de pan rallado y perejil y se espolvorea sobre las piezas. Se hornean unos 10-15 minutos a horno entre 180º-200º, con cuidado de que se hagan bien por los dos lados y que el pan forme una ligera costra por arriba.
Rico, ¿no? La verdad es que estas patatas son muy sencillas, pero las pones de guarnición cuando invitas a alguien y lo dejas encantado. Yo a veces cuando tengo prisa las cuezo antes en el microondas sin cortar y las termino en el horno, también quedan bien. Y si queréis saber más sobre ellas se puede ver (por ejemplo) en Gastronomía&Cia o en Joy The baker, que incluye un paso a paso y además propone un acompañamiento estupendo.
Sencillo y riquísimo....
ResponderEliminarLe tengo ganas a esas patatitas, eh? Qué ricas tienen que estár! El pescadito te quedó de lujo...me apunto la idea del pan rallado que nunca le pongo.
A mi también me gustan las caballas y total cuestan lo mismo que la panga y no tienen que traerlas desde Vietnam... Nunca he probado estas patatas, pero me están dando muchas ganas. Besos.
ResponderEliminara mi la caballa me gusta mucho con un buen picadillo al lado. A ti te ha quedado estupenda. Bss.
ResponderEliminarUn plato perfecto, la caballa es deliciosa y estas patatas me parecen un muy buen acompañamiento..
ResponderEliminarbesos
Hola!
ResponderEliminarlore, muchas gracias. Yo me encapriché con esas patatas en cuanto las ví, y ya las he preparado más de una vez, están muy buenas!
Miriam, no me hables de la panga... el otro día en cuanto lo dijiste me puse a leer cosas de la panga, la perca del nilo etc. y es un asco, ya hablaré de ello en el blog... Prueba las patatas, merecen la pena.
Luisa, a mí también me gusta así en veranito, ahora mejor al horno. Gracias!
Núria, sí que lo es, yo compro pescado menos de lo que debiera y cada vez que lo hago me propongo cocinarlo más.
B*
La caballa (xarda para mi en Asturias) es un pescado que me gusta mucho.
ResponderEliminarTiene muchas posibilidades de ser cocinado.
Te ha quedado muy bien, y la verdad que puesto de esto forma, está muy bien.
Un beso.
Hola RincóndelaTata, ya había oido que se le llama xarda, qué nombre tan bonito! A mí me encanta, me alegra que te haya gustado la receta.
ResponderEliminarB*